Esta semana, en el número 1849 del semanario Búsqueda, se publicó un artículo escrito por Laura Gandolfo sobre los proyectos de digitalización y puesta a disposición del patrimonio cultural que estamos llevando adelante. La nota habla del convenio realizado por CC Uruguay con la Biblioteca del Poder Legislativo, así como del proyecto ganador del Fondo Concursable para digitalizar obras de distintas bibliotecas del país. A continuación transcribimos el artículo completo.
El patrimonio escrito en la nube
Creative Commons colaborará con la Biblioteca del Poder Legislativo y otras, para digitalizar publicaciones de dominio público
Hace más de un año la Biblioteca del Poder Legislativo, segunda en cantidad de volúmenes después de la Biblioteca Nacional, comenzó a digitalizar sus colecciones. Hasta 2013 no se había hecho nada en este sentido y en 2014 e inició, atacando varios frentes. Se empezaron a adquirir los archivos en formato PDF de la prensa diaria y se solicitaron presupuestos a los medios escritos para comprar ejemplares históricos. Otra parte del plan es incorporar libros para alimentar una colección digital. La página web de la institución, biblioteca.parlamento.gub.uy, que será actualizada próximamente, incluye el catálogo completo de los volúmenes.La digitalización del documento original de la Constitución de la República de 1830, presentada en julio de 2015 en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo configura un mojón en este proceso de renovación. Se destapó la cúpula donde se encuentra el folio, que fue limpiado y escaneado, en un trabajo conjunto con la Biblioteca Nacional. “A partir de ahí nos planteamos planes para hacer este procedimiento con otras porciones de la colección”, dijo a Búsqueda Mónica Paz, directora de Servicios Bibliotecológicos del Palacio Legislativo. “La colección más importante es la de obras monográficas (libros), de 250.000 volúmenes. Tenemos 700.000 diarios y semanarios y 150.000 revistas especializadas y generales”, añadió.
Para ello firmaron un convenio de colaboración con la Biblioteca Nacional para hacer sinergia de esfuerzos y recursos y que los materiales lleguen con celeridad al público. La primera etapa del trabajo aborda las publicaciones periódicas, que se están adquiriendo en soporte digital en su totalidad. El otro convenio que la Biblioteca del Palacio firmó recientemente —el 21 de diciembre— fue con Creative Commons (CC), una organización internacional que ganó un Fondo Concursable de $ 194.000 para trabajar desde febrero en esta biblioteca, y cinco más: la del Museo Zorrilla, la comunitaria Paco Espínola, la municipal Francisco Schinca y las departamentales de Canelones y Maldonado. Cada una de las seis seleccionará 30 obras literarias en el correr de este año, de alto valor patrimonial e histórico, para su digitalización, a lo que se agregarán trabajos de formación y promoción del soporte digital. La primera en concretarlo será la biblioteca del Palacio.
CC es una organización internacional sin fines de lucro, con base importante en España, que se dedica a trasladar libros en papel a formatos digitales, así como a difundir obras de dominio público, o sea que ya no pagan derechos de autor, condición que en Uruguay se alcanza después de 50 años del fallecimiento del autor. CC Uruguay se dedica a compartir la creatividad y el conocimiento a través de una serie de instrumentos jurídicos gratuitos. El grupo creó y alimenta la base de datos autores.uy, un portal que reúne información de autores uruguayos de todas las disciplinas. Como los contenidos se publican con licencia abierta, el usuario puede descargarlos para uso libre. Tiene unas 7.200 fichas de autores, con más de 1.000 autores de dominio público identificados, y permite el acceso a unas 600 obras literarias. Este año apostará a lanzar una sección de obras de artes plásticas y visuales nacionales de dominio público.
CC realizará en marzo un taller para digitalizar algunas obras de la Biblioteca del Legislativo que el registro autores.uy no contenga ya, y capacitará al personal para realizar este trabajo más adelante. Primero se digitalizará la colección de La Camareta, la porción más antigua de los materiales más valiosos del Poder Legislativo, compuesta por unas 400 piezas únicas y primeras impresiones que no circulan en préstamo al público por su fragilidad. Allí se encuentra algún Quijote ilustrado, una Biblia grabada en oro, obras con mucho valor en el mercado, actas manuscritas de la Sala de Representantes de 1828, el libro La conversación consigo mismo (1817), de Louis Antonie, el Marqués de Caracciolo, que José Artigas autografió y dedicó a su amigo Rómulo de Yegros, según detalló Paz.
El 1º de enero pasaron a dominio público Peloduro, José Belloni, Vicente Puig, Antonio Grompone y Edmundo Bianchi, entre otros. Eso motivó que la Biblioteca del Legislativo esté buscando en sus materiales alguna publicación de esos artistas. “El dominio público es el fondo de bienes comunes culturales que todas las personas pueden disfrutar libremente. Además, sirve como sustento e inspiración para crear obras nuevas, así como para reinterpretar los símbolos que circulan en la cultura. De esta manera, el dominio público es el eje sobre el que se asienta el derecho de acceder a la cultura y de participar en ella”, sostiene CC en su web.
“Ofrecemos alternativas más libres y abiertas que el ‘todos los derechos reservados’ con el que habitualmente los creadores publicaban las obras”, dijo a Búsqueda Rodrigo Barbano, miembro del equipo de CC. “De este modo, los autores pueden liberar algunos derechos sobre sus obras (por ejemplo el de copia y distribución), y optar por reservarse otros, como la utilización comercial”, explicó. Barbano también dijo que las acciones del equipo responden a una carencia que han detectado. “CC Uruguay está particularmente sensibilizado por la falta actual del acceso al dominio público y por la falta de políticas públicas de digitalización (si bien hay impulsos puntuales de varias instituciones), y es por tal motivo que hacemos un trabajo de promoción de la importancia de la digitalización, preservación y difusión de estas obras”.
Algunos tareas emprendidas por CC fueron asesorar y colaborar con la Universidad de la República para incorporar las licencias libres en la educación, de forma tal que los trabajos creados por docentes y estudiantes puedan ser distribuidos y reutilizados en el ámbito educativo y por la sociedad en general. “Así se genera un círculo virtuoso de creación de materiales de estudio, de publicación de los trabajos de tesis a través de la plataforma Colibrí, entre otros”, explicó Barbano. Algunos otros organismos con los que han colaborado para liberar obras o licencias fueron la Agencia para el Desarrollo del Gobierno de Gestión Electrónica y la Sociedad de la Información y del Conocimiento (Agesic), la Intendencia de Montevideo, el MEC y la Secretaría del Bicentenario.
Para Barbano, el acceso, recuperación y difusión del dominio público es la manera que tienen las sociedades de desarrollarse y generar nuevas obras culturales: nutriéndose de su entorno y de la creación previa. “Esto es solo un paliativo a un problema de fondo que son las grandes restricciones que las leyes de derechos de autor les imponen a los autores y a la sociedad, dificultando o impidiendo directamente la circulación de los bienes culturales y la recuperación patrimonial, en el caso, por ejemplo, de las obras en dominio público o de obras cuyos autores no pueden ser identificados o contactados”.