Hace algunas semanas nos llegó la noticia de que la murga Tate Quieto! publicó su nuevo espectáculo, Autosustentables, con una licencia libre de Creative Commons. Se trata, hasta donde sabemos, de la primera murga uruguaya que da el paso hacia compartir sus obras libremente. Decidimos entonces conversar con Germán Bernárdez, miembro de Tate Quieto!, sobre este tema.
¿Por qué en Tate Quieto! decidieron usar una licencia Creative Commons para su espectáculo más reciente, Autosustentables?
En Tate Quieto! decidimos usar una licencia Creative Commons porque queremos llegar al mayor número de gente posible, por lo que liberar nuestro material con licencias libres nos pareció lo más adecuado para compartir nuestro espectáculo 2013 en todas las redes sociales y espacios a los que podamos acceder.
En el equipo de Creative Commons Uruguay es la primera noticia que nos llega acerca de una murga uruguaya que usa licencias libres para sus espectáculos. ¿Qué posibilidades ves de que la práctica se extienda en el mundo de la murga?
Tenemos la esperanza y la convicción de lograr generar un efecto dominó y concientizar a otras murgas de que hagan lo mismo, seguramente resultará difícil el camino pero estamos dispuestos a transitarlo. Sería de extrema utilidad contar con gente que pueda venir a los ensayos de las murgas a dar una pequeña charla sobre licencias libres y sobre las virtudes y beneficios de adoptarlas.
El carnaval uruguayo desde siempre usó muchísimo el remix y la parodia, que hoy son tan comunes en la cultura digital. ¿Qué puntos de contacto y qué diferencias ves entre estas dos culturas?
Sin dudas que el remix es un punto absolutamente vital de contacto entre la cultura digital y principalmente la murga, porque no en todas las categorías del carnaval se da la reutilización musical (los espectáculos de las comparsas de negros y lubolos, por ejemplo, utilizan 100% música inédita y original). La murga desde sus inicios (así como la chirigota, madre de la murga uruguaya) ha utilizado el remix como herramienta básica. Sin remix y sin parodia la murga no sería lo mismo, es la forma por excelencia de crear un espectáculo, ya que una de las vías más rápidas de llegar al público y al barrio es usar melodías que ya conozcan, o bien para que les quede en la mente y las puedan cantar fácilmente, o bien para que hagan asociaciones libres entre el contenido de la letra de la canción original y lo que estamos pretendiendo transmitir con la murga.
Siguiendo con el tema del remix y la parodia, ¿han tenido alguna vez dudas o dificultades para publicar sus obras por utilizar materiales ajenos? ¿Cómo creés que juega el copyright en la creatividad de las murgas?
Personalmente nunca tuve problemas como letrista o como productor de los espectáculos de Tate Quieto!, aunque normalmente al alquilar una sala donde presentar alguno de nuestros espectáculos hemos sido obligados a pagar el impuesto de AGADU*. Hablando en general, solo conozco el caso de la murga Contrafarsa, que en una de sus retiradas no pudo cantar la letra que habían escrito sobre una melodía de The Beatles por temas de derechos de autor, y como resultado en el disco las voces fueron reemplazadas por violines (Contrafarsa – Retirada 2002 desde 0:50 hasta 2:30 y desde 3:36 hasta 4:25, una verdadera atrocidad que si bien suena lindo porque El Club de Tobi se sumó para la grabación oficial del disco, la letra que había sido cantada en el concurso oficial –donde no hay ningún problema con los derechos de autor normalmente– no se escuchó).
*Germán se refiere a las tarifas que cobra AGADU a salas de conciertos y bares, las cuales terminan pagando, la mayoría de las veces, los propios artistas.